domingo, 19 de agosto de 2012

LA ENVIDIA



FABULA DEL SAPO Y LA LUCIÉRNAGA

"Estaba en un pantano un gran sapo, croando y deleitándose con la luna,cuando de pronto apareció una hermosa luciérnaga alumbrando todo cuando a su paso se encontraba. de inmediato la ve el sapo y, en un rápido movimiento, la aplasta, la luciérnaga pregunta ¡¡¡

¿por qué me atacas?
a lo cual el sapo responde ¡¡ PORQUE BRILLAS¡¡¡"
 hartzembusch 

Muchas veces nos preguntamos : por qué nos envidian??? la respuesta es porque BRILLAMOS.

 


La envidia es un fenómeno muy común que hace sufrir enormemente a muchas personas, tanto a los propios envidiosos como a sus víctimas. La envidia es un sentimiento de frustración insoportable ante algún bien de otra persona, a la que por ello se desea inconscientemente dañar. ¿Por qué?

   El envidioso es un insatisfecho (ya sea por inmadurez, represión, frustración, etc.) que, a menudo, no sabe que lo es. Por ello siente consciente o inconscientemente mucho rencor contra las personas que poseen algo (belleza, dinero, sexo, éxito, poder, libertad, amor, personalidad, experiencia, felicidad, etc.) que él también desea pero no puede o no quiere desarrollar. Así, en vez de aceptar sus carencias o percatarse de sus deseos y facultades y darles curso, el envidioso odia y desearía destruir a toda persona que, como un espejo, le recuerda su privación. La envidia es, en otras palabras, la rabia vengadora del impotente que, en vez de luchar por sus anhelos, prefiere eliminar la competencia. Por eso la envidia es una defensa típica de las personas más débiles, acomplejadas o fracasadas. 
 
   Las formas de expresión de la envidia son muy numerosas: críticas, ofensas, dominación, rechazo, difamación, agresiones, rivalidad, venganzas... A escala individual, la envidia suele formar parte de muchos trastornos de personalidad (p.ej., algunas ansiedades, trastornos obsesivos, depresión, agresividad, falta de autoestima...). En lo social y político, su influencia es inmensa, por ejemplo, la envidia de los narcisistas y codiciosos nutre los concursos millonarios de televisión y sus audiencias. La mutua envidia de las mujeres robustece el colosal negocio de la belleza y la moda, así como la de los hombres excita su frenética competitividad. La envidia sexual es el combustible del morbo. Las envidias económicas desenfrenan el motor consumista... Etcétera. 

   No hay que confundir la envidia con los celos, que son sentimientos muy distintos. La envidia nace de las carencias del sujeto, que quiere destruir al objeto-espejo. Los celos, en cambio, nacen del miedo a perder el afecto de la persona amada, a la que se quiere conservar. No obstante, en ocasiones, ambos sentimientos pueden ir juntos. 

   En suma, cuanto más débil, insatisfecha o narcisista es una persona, tanto más envidiará a la gente que posea lo que a ella le falta. La envidia sólo se cura concienciando y resolviendo las propias carencias y facultades, a través de un proceso de crecimiento conciente emocional. La persona madura no envidia a nadie.

   Tengan una excelente semana!!!

1 comentario:

  1. Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra;sólo basta decir lo que se piensa.(Luther King)

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