FABULA DEL SAPO Y LA LUCIÉRNAGA

"Estaba en un pantano un gran sapo, croando y deleitándose con la luna,cuando de pronto apareció una hermosa luciérnaga alumbrando todo cuando a su paso se encontraba. de inmediato la ve el sapo y, en un rápido movimiento, la aplasta, la luciérnaga pregunta ¡¡¡
¿por qué me atacas?
a lo cual el sapo responde ¡¡ PORQUE BRILLAS¡¡¡"
hartzembusch
Muchas veces nos preguntamos : por qué nos envidian??? la respuesta es porque BRILLAMOS.
La envidia es
un fenómeno muy común que hace sufrir enormemente a muchas
personas, tanto a los propios envidiosos como a sus víctimas. La envidia es un
sentimiento de frustración insoportable ante algún bien de otra
persona, a la que por ello se desea inconscientemente dañar. ¿Por qué?
El envidioso
es un insatisfecho (ya sea por inmadurez, represión, frustración, etc.) que, a
menudo, no sabe que lo es. Por ello siente consciente o
inconscientemente mucho rencor contra las personas que poseen algo
(belleza, dinero, sexo, éxito, poder, libertad, amor, personalidad,
experiencia, felicidad, etc.) que él también desea pero no puede o no
quiere desarrollar. Así, en vez de aceptar sus carencias
o percatarse de sus
deseos y facultades y darles curso, el envidioso odia y desearía
destruir a toda persona que, como un espejo, le recuerda su privación.
La envidia es, en otras palabras, la rabia vengadora
del impotente
que, en vez de luchar por sus anhelos, prefiere eliminar la
competencia. Por eso la envidia es una defensa típica de las personas
más débiles, acomplejadas o fracasadas.
Las formas de
expresión de la envidia son muy numerosas: críticas, ofensas,
dominación, rechazo, difamación, agresiones, rivalidad, venganzas... A
escala individual, la envidia suele formar parte de muchos trastornos de personalidad (p.ej., algunas ansiedades, trastornos
obsesivos, depresión, agresividad, falta de autoestima...). En lo social y político, su influencia es
inmensa, por ejemplo, la envidia de los narcisistas y codiciosos nutre los
concursos millonarios de televisión y sus audiencias. La mutua envidia
de las mujeres robustece el colosal negocio de la belleza y la moda,
así como la de los hombres excita su frenética competitividad. La
envidia sexual es el combustible del morbo. Las
envidias económicas desenfrenan el motor consumista... Etcétera.
No hay que
confundir la envidia con los celos, que son sentimientos muy
distintos. La envidia nace de las carencias del sujeto, que
quiere destruir al objeto-espejo. Los celos, en cambio, nacen
del miedo a perder el afecto de la persona amada, a la que se
quiere conservar. No obstante, en ocasiones, ambos sentimientos pueden ir
juntos.
En suma,
cuanto más débil, insatisfecha o narcisista es una persona, tanto más
envidiará a la gente que posea lo que a ella le falta. La envidia sólo
se cura concienciando y resolviendo las propias carencias y facultades, a través de
un proceso de crecimiento conciente emocional. La persona madura no envidia a nadie.
Tengan una excelente semana!!!
Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra;sólo basta decir lo que se piensa.(Luther King)
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